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“Es muy noble asumir el deber de cuidar la creación con pequeñas acciones cotidianas, y es maravilloso que la educación sea capaz de motivarlas hasta conformar un estilo de vida”.

P. Arturo Sosa Abascal, S.J., Superior General de la Compañía de Jesús, en una carta dirigida a todos los jesuitas del mundo a propósito de la promulgación de las Preferencias Apostólicas Universales de la Compañía de Jesús en febrero de 2019.

Las Preferencias Apostólicas Universales de la Compañía de Jesús nos convocan a cuidar de nuestra casa común, a trabajar, con profundidad evangélica, en la protección y renovación de la creación de Dios, que hoy está gritando como nunca antes, luchando por ser liberada (Romanos, 8). La crisis ambiental actual está afectando de manera particular a los pobres y a los vulnerables. Se necesita urgentemente la acción por parte de los cristianos y de toda la gente de buena voluntad. Si queremos ser custodios honestos de este maravilloso planeta, naciones y pueblos enteros necesitan una conversión ecológica. Aún podemos cambiar el rumbo de la historia (Encíclica Laudato Si, Papa Francisco, 2015).

El complejo ecológico de la Universidad Iberoamericana Torreón es considerado el segundo gran "pulmón" de la ciudad de Torreón, después del Bosque Venustiano Carranza, por ello, en primera instancia trabajamos hace tiempo en clasificar y en provocar una cultura del cuidado de la flora existente en la Universidad, a través del proyecto de clasificación e identificación de árboles desarrollado en 2017, logrando colocar una placa con información básica de cada especie, recomendaciones de cuidados, entre otros datos. Generando así no sólo información sino una cultura de conciencia ambiental. Posteriormente implementamos en 2019 el proyecto de “Biodiversidad” Ibero Torreón, proyecto que identificó la fauna que cohabita en el campus universitario, para proporcionar información básica sobre sus características, alimentación y cuidados, con la finalidad de cumplir su compromiso ecológico con la comunidad educativa y el entorno.

Desde el año 1999 se instaló una planta tratadora de aguas residuales en la Universidad derivado de una genuina preocupación por uno de los problemas más urgentes de atender en la región lagunera, ante la gran cantidad de residuos que se desechan y que contaminan los mantos acuíferos. Por ello, el tratamiento de aguas residuales es de gran importancia para la Universidad, ya que es una alternativa de solución a los problemas de contaminación que padecemos en la actualidad. La planta tratadora de aguas residuales de la Universidad trabaja a través de lodos activos, microorganismos que son capaces de remover la materia orgánica presente en el agua y además de ser económicos y eficientes no generan subproductos contaminantes.

Actualmente nuestra planta tratadora además de las de Ibero, recibe descargas de aguas residuales del Colegio Carlos Pereyra y del Colegio Mosed, con esta interconexión, las tres instituciones se benefician, ya que ninguna de ellas arroja sus aguas negras a cielo abierto, en cambio se reutiliza el agua tratada en el riego de árboles y jardines. La planta tratadora tiene una capacidad instalada de 1 litro de agua tratada por segundo, por ejemplo, trabajando al 100% se podrían obtener 86,400 litros diarios, mismos que se dejarían de extraer del subsuelo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una persona en México consume en promedio 200 litros de agua diarios, lo que significa que el agua que trata la Ibero equivale al agua que en promedio utilizan 432 personas diariamente o visto de otra forma a lo que una persona utilizaría en su vida diaria durante 14 meses.

La Ibero Torreón,

en camino de ser un campus verde.